Empezamos hoy el día hablando de MINDFULNESS, que se puede traducir literalmente como “conciencia plena” y en chino es representado con dos ideogramas: uno que representa estar aquí y ahora y otro que significa corazón. Corazón a modo de símbolo, vivir la vida con corazón.
A partir de las dos interpretaciones ya tenemos mucha información: se trata de una práctica, un entrenamiento mental, que consiste en prestar atención de forma particular a las cosas que suceden. Nos anclamos al presente de una forma deliberada mediante técnicas de respiración, relajación, estiramientos tipo yoga, meditación… Además existe una condición necesaria para el mindfulness: no juzgar. Cuando paramos a ser y a sentir acuden a nuestra mente un torrente de pensamientos que de no haber parado no repararíamos que están ahí; pues debemos dejarlos pasar, observarlos en la distancia pero no juzgarlos. Con la práctica lo que se pretende es concentrarse solamente en las sensaciones y las emociones y no en los pensamientos, de ahí que no queramos detenernos a juzgar estos últimos, de esta manera será más fácil ir dejándolos a un lado para centrarnos solo en aquello que estamos sintiendo en ese momento.
Ésta actitud ante la vida se facilita con cuatro habilidades:
- Describir la realidad: personas capaces de describir qué les ocurre, cómo se sienten, dándose cuenta de ellos mismos. Esto permite una mayor conexión con la realidad y con el momento presente.
- Disminuir el piloto automático: es un mecanismo de gran utilidad que hace que la mente automatice muchos de nuestros movimientos, llevando nuestro cuerpo de un lado para otro sin apenas darnos cuenta de lo que estamos haciendo. El problema es hacerlo con demasiada frecuencia, esto nos aleja del ahora.
- Suspender juicios: el sistema nervioso está preparado para juzgar aquello que nos hace bien y lo que no, lo que nos pone en peligro e incluso lo que nos gusta. La conciencia plena me ayuda a no preocuparme tanto de cómo deberían ser las cosas y sí de cómo son. Solo mediante la aceptación podemos valorar aquello que podemos cambiar y lo que no.
- El triángulo de la atención: darse cuenta de lo que está ocurriendo. Un momento está compuesto por pensamientos, sensaciones y emociones. A medida que capturo ese momento en toda su intensidad en relación con lo que está pasando, lo estamos viviendo con plenitud.
Es el mindfulness una intención de vivir con conciencia plena. Vivir la vida como es, mejorar la conexión con la realidad, desarrollar mecanismos de autorregulación, aprendizaje y adaptación que nos lleven a un equilibrio personal. Mediante este equilibrio estamos cómodos con nosotros mismos. Esta comodidad nos trae SALUD.
Es muy beneficioso para nuestra salud mental. Podemos hablar de gestión del estrés, de manejo de las emociones o autocontrol, de disminuir el malestar y la ansiedad, desarrollar resiliencia, que es la capacidad de sobreponerse ante situaciones difíciles… El mindfulness nace bajo la premisa “MENS SANA IN CORPORE SANO”, aunando prácticas ancestrales de cuidado físico y psicológico. Es otra de las herramientas que nos proporcionarán bienestar, completar esos esfuerzos que hacemos para estar bien físicamente para estarlo también psicológicamente. ¡Tendréis más noticias! Iremos profundizando en el mindfulness porque encuentro que es una herramienta poderosa para tomar conciencia y cuidarnos con plenitud, desde todas las vertientes posibles.
“CADA MOMENTO ES ÚNICO, NO HAY INSTANTES VACÍOS”
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