Cuando vamos a comprar al supermercado nos encontramos con multitud de variedades del mismo producto, ¿cómo saber cuál es más saludable? Fijándonos en la composición que marca el etiquetado.

Tenemos que fijarnos en:

  1. VALOR NUTRICIONAL

La información nutricional de un alimento se refiere a su valor energético y a los nutrientes: la cantidad de grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal.

2. LISTADO DE INGREDIENTES

Hay dos cosas importantes en tema ingredientes; primero tenéis que saber que los ingredientes van en la etiqueta en orden de mayor cantidad a menor cantidad, así que si algún ingrediente «menos saludable» sale de los primeros, mejor buscar otra marca.

A más ingredientes en el etiquetado, más procesado estará ese alimento y será menos sano. Lo ideal sería elegir un producto que no tuviera más de 4 ó 5 ingredientes.

También hay que incidir en que si un alimento pone «bajo en grasa», deberíamos buscar en el listado de ingredientes que no salgan grasas perjudiciales, grasas malas como las hidrogenadas y el aceite de palma.

3. COMPUESTOS DAÑINOS:

Fijarse que no tenga ninguno de estos ingredientes:

Buscar que no tengan azúcar añadido. Hemos de tener claro que aunque no lo parezca por el nombre, hay alimentos dañinos disfrazados, como por ejemplo el azúcar: sirope de agave, jarabe de glucosa, fructosa, dextrosa…

Glutamato sódico potenciador del sabor

Aceite de palma o palmítico

Grasas trans o aceites hidrogenados

4. CANTIDAD DE SAL

La sal, en las etiquetas, la ponen con la cantidad de sodio. Para calcular la cantidad de sal hay que multiplicar el sodio por 2,5.

La OMS recomienda 5 gramos de sal al día por adulto, así que ojo.

Tener en cuenta también que cuando nos dice que un producto es bajo en sal, es que bajan un 25% de lo que tenga su producto inicial, y eso puede no ser todo lo bajo en sal que esperamos.