Hacer entrenamientos de resistencia y de fuerza es lo más recomendable para mantener y mejorar nuestra salud desde el punto de vista del ejercicio físico, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por otra parte, entrenar estas dos capacidades físicas es fundamental en prácticamente todos los deportes.

En los últimos años se ha analizado mucho la posibilidad de combinarlos, lo conocido como entrenamiento concurrente, pero… ¿cuál hago primero?, ¿cuánto tiempo debe pasar entre un entrenamiento y otro?, ¿realmente es efectivo? En este post os despejamos todas las incógnitas sobre la combinación del entrenamiento de fuerza y resistencia.

Resistencia vs fuerza

La primera gran idea sobre el entrenamiento concurrente es que lo mejor es hacerlo inter-sesión, es decir, separar los días de fuerza y resistencia para evitar que las adaptaciones de ambos entrenamientos se interfieran y explotar al máximo los beneficios de nuestro esfuerzo.

Si realizamos ambos entrenamientos el mismo día, la ciencia nos dice que debemos dejar al menos 6 horas entre ellos. Del mismo modo, lo ideal sería hacer el entrenamiento de resistencia por la mañana, hacer una correcta reposición de sustratos energéticos y después el entrenamiento de fuerza, dejando 6 horas al menos entre esfuerzos como hemos indicado antes.

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La tercera opción sería trabajar ambas capacidades intra-sesión, es decir, seguidamente en la misma sesión de entrenamiento. Si lo hacemos así debemos tener en cuenta varias cosas.

En primer lugar se debe trabajar la capacidad que sea más importante para nuestro objetivo. Si lo más importante es la fuerza, primero se entrena la fuerza. Teniendo en cuenta la intensidad del entrenamiento no se debe entrenar potencia o fuerza máxima después de la resistencia ya que disminuiría nuestro rendimiento en fuerza. Además entrenar fuerza después de un entrenamiento de resistencia muy suave maximiza las adaptaciones de éste último.

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En cuanto a los beneficios del entrenamiento concurrente, se ha visto que utilizado de manera adecuada es una herramienta muy eficaz en la mejora de parámetros como el consumo máximo de oxígeno, fuerza, potencia o pérdida de grasa entre otros.

Jesús Alarcón
Entrenador y readaptador en Sanus Vitae