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     Cómo me encanta que me preguntéis a qué me dedico y que pongáis cara de sorpresa o confusión cuando digo que soy PSICÓLOGA ESPECIALIZADA EN DEPORTE, voy a darle un espacio a aclarar cuáles son las funciones y áreas de intervención. Si tenéis alguna duda concreta podéis preguntar sin compromiso a través de Facebook:  

     Aunque la psicología del deporte apareció entre finales del siglo XIX y principios del XX (Wigins, 1984), es ahora cuando goza de su máximo auge. El precursor de éste área de aplicación de la psicología fue Norman Triplett, en la década de 1890 en USA. Sin entrar en detalles, él fue el primero en despertar la curiosidad de otros que vinieron después y extendieron la rama.

       Hoy en día el psicólogo especializado en deporte tiene principalmente tres roles:

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    Siendo la psicología del deporte de carácter aplicado, se nutre de las dos anteriores. No habría una profundización del conocimiento sin la investigación; ni se formarían nuevos especialistas sin la docencia. Se retroalimentan.

      Nos centraremos en el ámbito aplicado de esta rama:

  1. Generalmente la función del psicólogo empieza por una evaluación psicológico-deportiva del ambiente deportivo, tras un análisis funcional.
  2. A continuación planifica y programa la intervención a realizar.
  3. Finaliza con un control y evaluación final.

   Estamos hablando en este sentido tanto de un deportista, individual, como de una entidad deportiva.

    Más en concreto, el psicólogo del deporte empieza con una evaluación y diagnóstico ya sea mediante test o cuestionarios, métodos de auto registro, entrevista e incluso registros psicofisiológicos. A continuación y tras el análisis previo, se eligen y planifican las técnicas a utilizar. Las variables más intervenidas tienen que ver con: atención, concentración, motivación, comunicación, confianza…  Al implementar dichas técnicas se pretende desarrollar o mantener las habilidades psicológicas implicadas en la actividad física y el deporte.

      ¿Cómo lo conseguimos? ¿Qué trabajamos?

     El autoconocimiento: el deportista debe conocerse muy bien, saber cuáles son las cosas que le afectan, qué tiene a su alrededor, cómo reacciona ante diferentes situaciones. Conocer sus respuestas y su interacción con el medio.

    La relajación: una herramienta muy útil para reducir tensiones musculares, ayudar a conciliar el sueño, facilitar la recuperación en lapsos cortos de tiempo, aliviar ansiedad previa a competición.

      La visualización: una técnica compleja por su naturaleza, ver con los ojos de la mente. El entrenamiento en visualización consiste en programar el cerebro para una tarea, pero sin realizarla. Requiere de práctica.

     Trabajamos con aptitudes mentales básicas: autoconfianza, autoestima, autopercepción, establecimiento de metas, disciplina y pensamiento positivo.

  Otras funciones, quizás menos visibles del psicólogo especializado en deporte son: asesoramiento, diseño de estrategias psicológicas, realización de proyectos deportivos, promoción de la actividad física, estilo profesional del técnico deportivo, gestión y dirección de entidades, competición…

    Algunas de estas estrategias son las que aplico en Sanus cuando un deportista acude a consulta. Siempre hay que ajustarse a las necesidades de cada uno y aplicar solamente aquello que creemos será realmente útil.

¡Saluditos deportistas!