Las prisas, el trabajo, las obligaciones de cada uno, los entrenamientos, las reuniones… cada miembro de una familia tiene una vida muy diferente a otro y es cada vez más común que acabe cada uno comiendo a su manera, acabando con esto con un gran momento familiar, sentarse a la mesa juntos.

Es importante tener unos buenos hábitos alimentarios saludables a lo largo de toda la vida y es primordial inculcarlos en el contexto familiar y desde una etapa temprana:

  • Compartir la mesa, comer en familia: es importante hacer un descanso del trabajo, preocupaciones, tareas, etc. Y poder aprovechar y disfrutar este momento juntos.
  • Evitar pantallas y distracciones al sentarse a la mesa: que la comida sea un momento de encuentro, de risas, historias, anécdotas, reforzar la relación familiar, de compartir valores.
  • Sé ejemplo: de nada sirve que les expliques a tus hijos los beneficios de comer brócoli si no te ven a ti hacerlo. Los niños aprenden por imitación y los padres son su referencia. 
  • Hacer participar a los niños en la cocina: que formen parte de la elaboración de las comidas, que experimenten y descubran los alimentos, sus olores, texturas, sabores, la historia detrás de las recetas familiares, involucrarlos a la hora de hacer el menú semanal.
Hacer participar a los niños
  • No obligar a comer: respetar las sensaciones de hambre y saciedad de los niños: tienen capacidad de autorregularse, puede ser que en una comida no quiera comer o coma poco, pero en la próxima lo haría con total normalidad. Muchas veces las expectativas de los padres sobre la cantidad de comida que “deberían” comer, no es realmente la cantidad que ellos necesitan.
  • No usar la comida como un premio o castigo: de esta forma logramos que se relacione un alimento como una recompensa (positiva o negativa) y eso puede influir de manera negativa en el desarrollo de su conducta alimentaria y su relación con los alimentos.
  • No prohibir alimentos: es muy frecuente que esta prohibición genere aún más deseo por comerlos. Lo más sencillo es que no haya en casa lo que no queremos que se consuma. Pero si en alguna ocasión o evento lo piden: no negar. 
  • Ofrecer y dejar al alcance alimentos de buena calidad nutricional: si tienen apetito, cada uno podrá elegir qué comer, pero nos aseguramos que, sea cual sea la elección, serán alimentos nutritivos.