En la época del año en la que nos encontramos, es muy habitual que las inscripciones a gimnasios y actividades deportivas se disparen. El comienzo de año supone para muchos el inicio de nuevos proyectos, de adoptar nuevos hábitos y abandonar anteriores que consideramos nocivos para nuestra salud  o para nuestro desarrollo; incluso los más osados, plantean un cambio de vida más drástico. Es por eso que, en mi opinión, debemos escoger bien aquello que emprendemos.

    Ya comentamos la primera semana de enero, cómo hacer balance de la temporada anterior nos puede ayudar a plantear los nuevos objetivos. En este artículo trataremos de daros las pautas para dar un paso intermedio ¿qué hay entre el balance del año pasado y el planteamiento de los nuevos objetivos? La respuesta es SELECCIONAR, tanto para los que empezáis a practicar deporte, como para los que continuáis en vuestra disciplina, es necesario poner un filtro, hacer una criba de las actividades que nos resultan placenteras y las que no. Es decir, tenemos a nuestro alcance un amplio abanico de actividades físicas y deportes para ponernos en forma, por lo tanto practiquemos aquellas que nos proporcionen placer, que nos gusten, que satisfagan las expectativas que nos llevan a la práctica deportiva. Solo de esta manera disfrutaremos de lo que estamos haciendo y esto nos llevará directamente a la adherencia. Con adherencia me refiero a ser constante, que a mediados de año sigamos con ese objetivo, evitar ese: “me lo he dejado”, “es que terminó dándome pereza o aburriéndome”.

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   Como ya es habitual en mis artículos, os invito a haceros un par de preguntas:

  1. ¿Qué busco yo en el entrenamiento? Ponerme en forma, ser más flexible, tener más fuerza, ser mejor corredor, ser mejor nadador, tener más fondo, adelgazar…

   Una vez resuelta esta cuestión, ya hemos dado el primer paso, sabemos qué queremos del deporte.

  1. ¿Qué tipo de deporte puede darme eso que estoy buscando? Si quiero relajarme y estar más tonificad@, el pilates puede ser una buena opción. Si quiero ser más flexible el yoga me puede ayudar, indirectamente. Y así, hay infinidad de posibilidades con las que satisfacer nuestras necesidades como deportistas indirecta o directamente. La natación puede hacer que tonifiquemos todo el cuerpo en un medio distinto al que nos movemos habitualmente, muy agradable si te sientes cómodo en el agua.

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   La idea principal es: si el entrenamiento supone satisfacción y placer nos resultará más agradable, será más fácil que cumplamos nuestros objetivos. Y sobretodo, no nos cargaremos con otra obligación. Solo con oír ese término nos sentimos estresados o agobiados en ocasiones. Son demasiadas las obligaciones que tenemos en nuestro día a día, si reservamos un espacio para nosotros, que sea placentero, que nos beneficie, de esta forma querremos volver una y otra vez a ese espacio.

   Bien es cierto que no todo será agradable, el esfuerzo supondrá pasar también por momentos duros y de fatiga, pero se verán compensados de otro modo si nos encontramos en la disciplina adecuada. Como dice mi entrenador Haruki Shiraishi Latorre:  EL DOLOR ES INEVITABLE, PERO EL SUFRIMIENTO ES OPCIONAL.

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