Se terminan las vacaciones y con ellas la buena vida. Y es que el verano hace que descuidemos nuestra alimentación y nuestros hábitos saludables.
A la vuelta comienzan las dietas, el uso de productos adelgazantes y la báscula se convierte en una obsesión. La solución para muchos son las dietas milagrosas o rápidas que prometen una rápida pérdida de peso sin esfuerzo alguno.
Pero,NO TE DEJES ENGAÑAR….ya que estas dietas no responden a ningún fundamento nutricional y/o científico.
Estas dietas, se caracterizan por las escasas calorías que aportan. Ante esta situación de semiayuno el organismo reacciona compensando la falta de energía recibida con un aumento de la destrucción de las proteínas corporales, como fuente alternativa de energía, lo que provoca una pérdida de masa muscular.
Sin embargo, quien sigue estas dietas asocia la pérdida de masa muscular con el éxito del régimen escogido pues provoca unos resultados espectaculares al subirse a la báscula durante las primeras semanas.
El problema añadido de estas «dietas milagro» es que favorecen una recuperación muy rápida del peso perdido. Según la AEDN (Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas), el 95% de las personas que pierden peso con una “dieta milagro” vuelve a recuperarlo. Se trata del llamado “efecto yo-yo” o “efecto rebote”, por el que al abandonar la dieta se recupera el peso perdido o incluso a veces algún kilito más.
La tendencia a la recuperación del peso se produce porque en las situaciones de semiayuno el metabolismo se ralentiza para no consumir tanta energía y poder crear reservas, con lo que cuando volvemos a comer “normal”, nuestro metabolismo sigue consumiendo poca energía y nosotros ya estamos comiendo mas debido a esa falta de energía que hemos tenido. Por tanto, se recupera más peso en forma de grasa corporal.
En resumen, las dietas muy restrictivas, aunque consiguen que el peso disminuya a corto plazo, constituyen un riesgo inaceptable para la salud ya que pueden:
1. Agravar el riesgo metabólico de las personas.
2. Provocar desnutriciones proteicas y déficit en vitaminas y minerales.
3. Producir efectos psicológicos negativos.
4. Favorecer el efecto rebote.
Por ello, siempre que decidas llevar a cabo alguna dieta, ponte en manos de un especialista para que te elabore un Plan Alimentario Totalmente PERSONALIZADO.
Laura Jorge Martinez
Dietista-Nutricionista en Sanus Vitae
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