Hace pocos años, un soñador al cual todos conoceréis y que ya no está entre nosotros decía que «la vida puede ser maravillosa», sonaba a tópico, sonaba a frase típica para enganchar a los telespectadores pero consiguió que todo un país soñase y jugase cada partido como si fuese uno de los once jugadores de la selección española para al fin conseguir un sueño, hacer historia y convertirnos en un referente futbolístico a nivel mundial.

Hace pocos meses, se cruzó mi camino con el de una persona igual o más soñadora que la anterior, esta vez tiene nombre y apellidos, Valentí Sanjuan. Una de las cosas por las que más me caracterizo es por mi ilusión y optimismo, pero el primer día que me reuní con él y empezamos a planificar la temporada consiguió impregnarme todo su espíritu soñador y su posibilidad, dejar la presión de lado y hacer las cosas por que a uno le gusta, disfrutándolas, consiguiendo ser cada día una persona más grande y ayudar a que la gente de su alrededor se contagie de ese espíritu.

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Ese día nos marcamos dos objetivos muy grandes, en primer lugar la Ion Powerade Non Stop Madrid-Lisboa y por otro lugar y como objetivo principal la Copa del Mundo de Ultraman en Hawaii, donde habíamos depositado muchísima ilusión y esperanzas y sobretodo la orientación del mayor periodo de entrenamientos de la temporada.

En el primer periodo de preparación trabajamos mucho la parte de ciclismo debido a que nos enfrentábamos a una prueba brutal en cuanto a dureza, la Madrid-Lisboa en BTT, añadiendo el aspecto técnico que Valenti aún no dominaba a la dureza que ya de por si tenía la prueba.
Uno de los aspectos clave en la preparación ha sido la introducción de ejercicios de fuerza, tema que Valentí no trataba demasiado por dos razones, una por tiempo, ya que trabaja muchas horas al día y se tiene que desplazar mucho fuera de Barcelona y otro porque simplemente no le gustaba este tipo de trabajo, hasta que hablando y explicándole todos su beneficios conseguimos introducirlos de manera progresiva consiguiendo que llegase al Ultraman de Hawaii en un estado de forma óptimo, mejor que nunca antes había estado.

Muchas horas de ciclismo, grandes ritmos en los entrenamientos de carrera, asimilando la carga de fuerza y de repente, decidimos no ir al Ultraman de Hawaii, el sector natación nos iba a ser imposible, los entrenamientos de natación eran imposibles de completar, perdía sensibilidad en la mano debido a la caída en la anterior competición y todo el trabajo se desvanecía ante nosotros, toda ilusión se encontraba por los suelos y estaba pasando algo que nos costaba admitir, no íbamos a cumplir el objetivo que nos habíamos marcado para esta temporada 2014.
Y aún recuerdo aquel momento, una vez decidido que no íbamos a estar presentes me suena el móvil, miro y era Valentí: «Mister, que nos vamos a Hawaii«.

Y así fue, la locura máxima, la falta de confianza en el sector de natación pero la ilusión por conseguir un sueño, las ganas de hacer posible lo imposible y el aliento de todos los seguidores que no paraban de animarlo día tras día hizo que se plantara en Hawaii junto a su hermana y punto de apoyo fundamental en este y cada uno de sus retos, Mercé Sanjuan.

Valenti Sanjuan ultraman

El resto de la historia ya la conocéis, muy duro el sector de natación, igual o más duro el sector ciclismo, añadiendo a la dureza de la prueba pinchazos, caídas y pérdidas del equipo para acabar con un doble maratón echando el resto, consiguiendo superarse a si mismo y a todos los pronósticos negativos que habíamos tenido durante semanas.

Enhorabuena Valenti, es para mi un orgullo y un honor poder ser tu entrenador y contagiarme de toda la ilusión que desprendes, de las ganas de superarte y de demostrar que el ser humano es extraordinario

PD: Recuerda, sector natación, todo perdido y sacaste fuerzas de donde no las había. Continuaremos con los ejercicios de musculación 😉

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