Muchos son los “gurus del running” no cualificados que te recomiendan un tipo de zapatilla u otra etiquetándote como pronador o supinador como si ya toda tu vida pertenecieses a un nuevo grupo de deportistas, un grupo diferente a otros corredores como tú, que hasta ahora entrenaban contigo y que veías en las carreras. Runners que considerabas “colegas” o “amigos”, deportistas con tus mismas marcas, con tus mismos objetivos pero que ya no podrás ver de forma igual. SON DIFERENTES! el “pseudoexperto” en la materia los ha tachado de ¡SUPINADORES! y… ¡OHHHH DIOS MIO! ¡YO SOY PRONADOR! Desde ese momento tendrás que darte cuenta de que tu vida ha cambiado. En cualquier fiesta, reunión, comida de amigos, entrevista de trabajo… deberás decir; “YO SOY PRONADOR” como carta de presentación, como elemento que defina a tu persona… Pero… ¿Es esto real?, ¿Nunca podré bajar de 3h30´ en un maratón al no ser un “corredor neutro”? ¿Tengo una enfermedad crónica si soy tachado de supinador?…. La respuesta es obvia; NO!!!!!!!!

  Para desmitificar la leyenda de pronador o supinador, se hace imprescindible hacerse varias preguntas; ¿Por qué el 99% somos etiquetados como pronadores? y, ¿Por qué no existen zapatillas supinadoras? La respuesta es fácil; TODOS PRONAMOS DURANTE LA CARRERA EN MAYOR O MENOR MEDIDA. Para explicar este hecho, se hace necesario unas nociones básicas de biomecánica para “dummies

pisadas

  Durante la marcha, el primer contacto del pie con el suelo se realiza normalmente con la zona externa del talón (de ahí que muchos “pronadores” no comprendan como puede estar la zona externa de su zapato tan “comida”, si… YO SOY PRONADOR!!! DEBERÍA DESGASTAR LA ZONA INTERNA!!!), es lo que se llama movimiento de supinación. Poco a poco, y mientras vamos apoyando el pie en el suelo, vamos trasladando las fuerzas hacia una zona más interna (movimiento de pronación) en busca de la fase final, donde realizamos un impulso de palanca a través del primer radio (dedo gordo) para conseguir el despegue completo del pie. Todos estos movimientos, sobre todo el movimiento de pronación, se ven acentuados durante la carrera debido a la velocidad, las fuerzas generadas por el impacto y la inercia de la misma (Si he de realizar el movimiento más rápido, será lógico que prone de forma más acentuada, reduciendo apoyos laterales iniciales, para conseguir el despegue del pie a través del primer radio de forma más veloz, ¿o no?). Por tanto, podemos llegar a una conclusión clara; TODOS SOMOS PRONADORES Y SUPINADORES EN MAYOR O MENOR MEDIDA SEGÚN LA FASE DE CONTACTO DEL PIE EN LA QUE ESTEMOS, ACENTUÁNDOSE LA FUERZAS Y MOMENTOS PRONADORES DURANTE LA CARRERA”. De ahí que no existan zapatillas con control de supinación, ya que dicho movimiento solo se puede ver acentuado durante el contacto inicial y durante la carrera se tiende a reducir dichos momentos para realizar más rápidamente la transición de fuerzas durante la pisada.

  Cabe destacar que ni un exceso de pronación es malo o lesivo, ni lo es un exceso de supinación. Hay corredores, que teniendo rangos de pronación elevados, nunca se lesionarán, y corredores neutros que “caerán” una y otra vez. Hasta existirán runners “supinadores” que sean capaces de bajar de 40´ en una 10K!!!!!. Por tanto la pregunta podría ser; ¿Si soy pronador y nunca me he lesionado, debo elegir una zapatilla que me controle esa pronación? La respuesta es clara; NO!!! NUNCA!!!  Cambiar compensaciones que el cuerpo ha establecido como “buenas” para nuestra actividad física durante la etapa de desarrollo y a lo largo de nuestra vida, puede causar paradójicamente “descompensaciones” que nos produzcan molestias o lesiones más graves.

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  “SI GEBRSELASSIE REALIZA UNA PRONACIÓN BRUTAL, ES MÁS, UNA HIPERPRONACIÓN DONDE SU TOBILLO INCLUSO TOCA EL SUELO, PERO ES UN DIOS DEL ATLETISMO, NO LO ATES EN CORTO, NO LE CONTROLES, UN PÁJARO HA DE VOLAR LIBRE, DÉJALO CORRER”

  Hay que decir que lo ideal sería elegir, en principio, una ZAPATILLA NEUTRA. Pero si finalmente nos decantamos por alguna zapatilla con más o menos control, estas, deberían haber sido recomendadas por un podólogo deportivo experto en la materia que considere que dichos momentos pronadores (o supinadores) son excesivos y pueden causar lesión en un futuro. Es decir, pautadas por un profesional sanitario, que tras una exhaustiva revisión biomecánica y análisis de la pisada, recomiende una zapatilla “pronadora” “supinadora” como elemento preventivo y/o incluso terapéutico, si ha habido una historia previa de lesiones recurrentes.

  “LO IDEAL ES TENER EN CUENTA EL MAYOR NÚMERO DE VARIABLES Y PARAMETROS QUE NOS DEFINEN COMO DEPORTISTAS PARA ELEGIR ASÍ LA ZAPATILLA IDÓNEA SEGÚN NUESTRAS CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y TÉCNICAS. NO SOLO HAY QUE BASARSE EN SI SOMOS “PRONADORES” O “SUPINADORES”, YA QUE DICHO ANÁLISIS NO SE AJUSTA A LA REALIDAD Y PUEDE INCLUSO LLEGAR A SER MÁS PERJUDICIAL QUE BENEFICIOSO, POR LO QUE SE HACE IMPRESCINDIBLE EL ASESORAMIENTO DE EXPERTOS SANITARIOS FORMADOS EN LA MATERIA COMO SON LOS PODÓLOGOS DEPORTIVOS”

  En nuestro próximo “Post” analizaremos todos aquellos parámetros que se hace fundamental analizar y tener en cuenta para elegir el modelo de zapatilla que se ajuste más a nuestras características físicas y técnicas, consiguiendo así reducir o prevenir lesiones y mejorar nuestro rendimiento deportivo.

  Un saludo hijos del running! Y… BIENVENIDOS!!!!!

 

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Alejandro Cama Benito

Podólogo y Fisoterapeuta Deportivo.